Cada hijo que Dios nos ha regalado a nacido con un Propósito en su vida, nuestros trabajo como Padres es que desde que son pequeños,debemos de identificar sus dones y talentos, para que ellos puedan sacar el mayor provecho de ellos.
Cada hijo que Dios nos ha dado, debe de ser orientado de una forma especial e individual. Si tenemos un hijo muy bueno para los deportes no debemos de pretender que todos son iguales y que todos nuestros hijos se desarrollaran en los deportes. Cada hijo tiene sus propios dones y talentos, cada hijo tiene su propio propósito en la vida. Cada hijo es diferente.
Cómo, debo orientar o dar una dirección a mi hijo?
Nuestro trabajo es identificar o bien discernir su propósito en la vida y durante cada etapa impulsarlo a realizarse en el propósito de Dios para el o ella.
Es fundamental tener tiempos de oración con Dios para conocer lo que Dios quiere de nuestros hijos, sin oración es muy probable que podamos manipularlos a tomar el rumbo que no es y que nosotros nos proyectemos en ellos. Hacer que ellos hagan lo que nosotros hubiéramos deseado hacer. No se vale! Nosotros ya vivimos nuestra vida y tuvimos la oportunidad de hacer con ella lo que quisimos, es el tiempo que ellos puedan tomar sus propias decisiones.
Delicado verdad?!?? Es por eso que es de suma importancia que nosotros los Padres de Familia, conozcamos a cada uno de nuestros hijos, sepamos que son sus intereses, que es lo que les gusta en la vida, que les llama la atención, y me refiero a no esperar hasta que tengan 15 o 16 años para poder tener esta platica. O para poder conocerlos!
Mientras mas rápido nosotros comprendamos que quiere Dios de nuestros hijos, mas fácil sera nuestro trabajo. Esto nos ayudara a impulsar sus sueños y sus metas. Cuando vayan a la Escuela lleven claro el propósito en sus vidas. Orientar a nuestros hijos, debe de ser parte de nuestro diario vivir, quizás en algún momento nuestros hijos por la influencia externa, sientan que su objetivo puede cambiar, esto es normal, pero para eso estamos nosotros, para ver si este cambio ha sido guiado por Dios o simplemente han sido influenciados por sus amistades, circunstancias o otras situaciones que no son la voluntad de Dios.
En la Palabra de Dios encontramos que en la caída del hombre en el jardín del Edén (Genesis 3:16-19), Dios castiga a la mujer con tener sus hijos con dolores de parto y al hombre en que su trabajo sera pesado, producirá espinos y cardos seria con el sudor de su frente. Si nosotros enseñamos a nuestros hijos el propósito real y verdadero que ellos tienen que cumplir en esta tierra, esta maldición sera quebrantada. Porque ellos encontraran que al ser obedientes al llamado de Dios en sus vidas, sea este secular, ministerial o cualquiera que sea, harán lo que están llamados hacer, por esto sera mas fácil! Hallaran gusto en hacer las cosas y su trabajo sera un deleite llevarlo a cabo. No sera pesado.
Si tu hijo es bueno en las matemáticas y entra a estudiar una carrera de Artes, porque no tuvo una buena dirección, para el sera muy difícil encontrar gusto en lo que hace, las cosas no se le darán fácil, un arista es una persona que científicamente usa el hemisferio derecho de su cerebro, mientras que un matemático usa el lado izquierdo de su cerebro, esto ocasionaría serios problemas de resolución (esto no quiere decir que existan excepciones, siempre las hay) . Mientras que si el entra a una carrera donde las matemáticas son la base, el se sentirá como pez en el agua.
Orientar a nuestros hijos, no es decirles exactamente por donde deben de ir, nuestro trabajo es señalarles las mejores opciones que ellos pueden tener y dejarlos tomar decisiones correctas en todo tiempo, esto lo empezamos hacer desde que son pequeños. Si no empezamos hacerlo desde pequeños, este es el momento que deben empezar hacerlo. No! Dirigir la vida de nuestros hijos requiere de mucha sabiduría, paciencia y espera.
Esperar a ver los resultados es maravilloso, esperar a ver las buenas decisiones que ellos toman es bello. Nuestros hijos necesitan saber que nosotros creemos en ellos y que todo cuanto ellos se proponen lo podrán alcanzar si Dios es su ayudador. No es correcto llegar a 11 avo o 4 to Bachillerato sin saber que quiere hacer en su vida. Nuestros hijos deben de saber que quieren y asía donde van por lo menos a los 14 años, ese momento de cambios y momentos de descubrir lo que les gusta, lo que quieren y a partir de ese momento debemos de trabajar para lo que quieren sea lo que Dios quiere en sus vidas.
Todos tenemos el mismo llamado principal y es hacer discípulos a las Naciones ( Mateo 28:19-20), en cualquier cosa que nuestros hijos decidan hacer deben de tener claro que todo lo deben de hace como dice Colosenses 3:23 y de esta manera siempre servir a Dios en todo.